jueves, 1 de noviembre de 2007

La importancia de llamarse Daniela























Los martes y jueves iba a una pileta a hacer natación. Yo odiaba nadar, pero de todos modos, mis papás insistían en que era lo mejor, que la pasaría muy bien y me haría muchos amigos. Entonces, contra mi voluntad, me anotaron en un club cerca de mi casa y me llevaron todos los martes y jueves a la salida del colegio.No me gustaba ir, la pasaba muy mal, los chicos no me hablaban y usar maya me daba vergüenza. Además, se ve que como yo empecé a ir a las clases a mitad de año, el profesor no pudo aprender bien mi nombre, y a pesar de que yo le repetía que me llamaba Laura, él prefería decirme Daniela.

Un día pensé que si él no se esforzaba por aprender cuál era mi nombre, yo tampoco me esforzaría por corregirlo. Así pasaron los días, las semanas y los meses, y yo para él era Daniela.

Daniela, pataléa más fuerte. Daniela, hacé la brazada más larga. Daniela, metete a la pileta. Daniela, ¿por qué no trajiste las antiparras? Daniela, nadá más rápido.

Siguió pasando el tiempo y yo seguía siendo Daniela. Un día, el peor día que pasé en la pileta, al profesor le dieron una hoja con nuestros nombres y casilleros para que complete con los logros y avances, y así nuestros padres podrían saber todo lo que habíamos mejorado.

Cuando llegó el turno de completar mis casilleros, para sorpresa de mi profesor, no había ninguna Daniela. Entonces, fue en ese momento cuando me miró a los ojos y sentí miedo. Todo ese tiempo yo había sido Daniela, y que él se enterara de quién era en realidad significaba no sólo explicarle por qué no le había dicho mi verdadero nombre, sino, además, asumir una nueva identidad: ser Laura.

En ese momento me llamó y me preguntó ¿sos vos ésta?, a la vez que señalaba mi nombre (el que figuraba en el documento) en la hoja. Tomando aire y sientiéndome otra le dije sí soy yo.

Nunca más volví a natación.


LAURA STIGLIANO

1 comentario:

Gustavo dijo...

Mi profesor de natación se llamaba Gustavo... no le costó aprenderse mi nombre.
Igual, tampoco me gustaba natación. Soy más del tipo que nadaba bien hondo, en la parte honda, de la pileta para grandes. Hasta que me dolían los oídos.
Todavía no entiendo porque...
Saludos a todos!

Gus